Garzón descansa. No eres imprescindible. Nadie lo somos. Tras ésta, tu crisis, ya no eres ni necesario. Ya sabes que tu credibilidad desde que querías ser el amigo de Dios ha caído en picado. El mundo no se acordará de ti, evidentemente tampoco de mí, cuando nos hayamos ido de paseo.
sábado, 21 de febrero de 2009
La ansiedad de Garzón entra en crisis
Garzón descansa. No eres imprescindible. Nadie lo somos. Tras ésta, tu crisis, ya no eres ni necesario. Ya sabes que tu credibilidad desde que querías ser el amigo de Dios ha caído en picado. El mundo no se acordará de ti, evidentemente tampoco de mí, cuando nos hayamos ido de paseo.
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