FUENTE: SAMUEL
_El concepto popular de cine erótico parece ser el de cine concebido para poner caliente al personal sin rebasar los límites de lo que la moral cristiana y la legislación de los países consideran pornografía. Pero lo de lo erótico y lo pornográfico es un poco arbitrario; por lo visto en cine consiste más o menos en que si los actores fingen es erótico y si no fingen es pornográfico, mientras que en la literatura, como no se ve, nadie se pone de acuerdo en cuál es la frontera, si es que hay una frontera, entre erotismo y pornografía. Así que si esa es la definición, el género visto así se queda en una cosa bastante pobre: un quiero y no puedo, una tierra de nadie, o un frustrante sucedáneo del cine X. Los que quieren alegrar su entrepierna no se andan con tonterías y van directos a la sección de adultos del videoclub, y los que tienen otras inquietudes piensan que otros géneros se las podrán saciar mejor. No es de extrañar que al erotismo le cueste encontrar un público y sólo mantenga una buena salud en países que todavía no han resuelto la cuestión de la censura: Estados Unidos, donde las películas de Almodóvar son consideradas pornográficas (!), e Italia, país donde la lujuria sigue siendo el pecado nacional y donde la proximidad del Vaticano provoca aún de vez en cuando algún que otro caso bochornoso de prohibiciones de películas.
_Los críticos tampoco ayudan mucho precisamente; el concepto de película erótica lo aplican sólo a las españoladas e italianadas de los años setenta. Un film que compagine el contenido tórrido con alguna pretensión artística ya no es una película erótica a secas, sino un drama erótico o un thriller erótico. Y si la peli es de gran calidad y se la quiere poner realmente bien, entonces, por mucho despelote que haya, será simplemente un drama o un thriller.
_La otra opción sería considerar erótica a aquella película que, aunque plantee otras cuestiones o utilice elementos de otros géneros, se centra en varios o en alguno de los aspectos de la sexualidad, al margen de si los personajes practican el sexo bien o mal, mucho o poco, o si se limitan a hablar de él o incluso a pensar en él. Seguramente sería muy chocante para muchos el llamar eróticas a películas de qualité donde ni siquiera hay desnudos, como Sexo, mentiras y cintas de video (sex, lies and videotapes, Steven Soderbergh, 1989) o muchas obras de Woody Allen, pero sería un concepto más amplio y más completo del género.
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1 comentario:
Gracias por hacernos reflexionar sobre los linderos entre lo pornografico y lo erotico, de alguna forma nos libera de ciertas trabas culturales atreverse a hacerlo
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