Puedo verla, mirarla, remirarla, quedarme colgadito de la chispa de sus ojos, amar su amplia sonrisa, beber la frescura de su gesto y de su voz. Puedo poner en pausa su movimiento y recrearlo una y otra vez. Puedo, Penélope, buscar mi reflejo en el pozo cristalino de tu mirada y verme. Casi podría tocar tu piel...
Pero Penélope no te conozco. Me será imposible, siempre, entender que eres humana y que tal vez, paseas en chanclas por las mañanas, despintada, sin espejos ni flashes, legañosa, aquejada, ...
Me miraré en tus ojos y no sabré que tú hayas pensado nunca, ni remotamente, en mi existencia sin ti. Pero Penélope, no te conozco, solo sé lo que quieres que sepa de ti. Cuelgas en mi vida como un cuadro. Decoras algunos de mis momentos. Te miro, me gustas. Te veo y me pongo ya en mi vida, a vivir.
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2 comentarios:
Qué coincidencia, es exactamente lo que le dije a Jennifer López... jejeje. saludos.
Cuesta ser original en esto del amor por correspondencia...
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