lunes, 11 de mayo de 2009

10 CD's cargados de erotismo

Como debe ser. Si la música es sensación y esa sensación viaja lenta sobre la piel y no toca solo tu oído sino los escondidos poros de tu cuerpo por los que transpiras vida y más vida ... estás ante lo que bien puedes llamar la mejor música erótica que jamas hayas sentido, oído.

A sus casi 50 primaveras, Madonna ha vuelto a las andadas: su nuevo disco, Hard Candy, es el artefacto sonoro más sexy que ha grabado desde Erotica (1992), muy a pesar de las demoledoras críticas que han machacado el álbum, tachándolo de “pop de centro comercial”. Es posible, pero lo cortés no quita lo valiente y cosas como Candy Shop o She’s not me son susceptibles de transformarse en himnos perversos.

Hard Candy es un disco húmedo ya desde la portada, con una Madonna abierta de piernas, boquiabierta y llena de deseos carnales, fotografiada por la lujuriosa cámara de Steven Klein, responsable de algunos de los anuncios más lúbricos de D&G, Calvin Klein o Alexander McQueen. Como siempre, la Ambición Rubia ha dividido al respetable: mientras la mitad dice que la portada es una pasada, la otra mitad opina que esta abuela ya no está para ciertos trotes. Es, en cualquier caso, una buena excusa para pasar revista a diez de los discos más eróticos que han calentado nuestro aparato auditivo en las últimas décadas.

1) “Country Life” de Roxy Music: el cuarto y, tal vez, el mejor disco del grupo orquestado por la seductora voz de Brian Ferry salió a la calle en 1974, con la portada más sexy de todas cuantas ilustraron los plásticos del grupo británico. En ella, dos despampanantes modelos nos muestran sus encantos rodeadas de vegetación. Al parecer, Ferry conoció a las dos chicas en Portugal y las convenció (no sabemos con qué métodos) para que se dejaran fotografiar en lencería semitransparente para la cubierta de su disco en actitud en la que se funden descaro, lascivia y falso pudor.


2) “Lovesexy” de Prince: año 1989. Tras la obra maestra Sign O’The Times, el genio de Minneapolis regresó a las tiendas con una portada en la que salía como Dios lo trajo al mundo, sentado encima de una flor, primorosamente retratado por el fotógrafo de moda Jean Baptiste Mondino. Muchas tiendas se negaron a despachar el disco; otras, taparon la portada. El interior de Lovesexy era tan tórrido como su tapa, con temas tan explosivos como Alphabet St. o Anna Stesia, donde Prince nos susurra: “¿Has estado alguna vez tan salido como para montártelo con el primer chico o chica que pasara?”.

3) “La Bella Mafia” de Lil’ Kim: la autodenominada “reina puta del hip-hop” tiene en este álbum de 2003 su mejor portada (en la que enseña gran parte de sus generosas tetas) y su más sucia colección de canciones, en las que escupe todo tipo de obscenidades y tal cantidad de tacos, que harían enrojecer hasta a la mismísima Madonna. Como dice en la canción (When Kim say) Can you hear me now?: “Si tienes una gran polla, yo te la exprimiré”.

4) “Songs about fucking” de Big Black: en 1987, el mejor grupo del productor de lujo Steve Albini sacó su segundo y último disco en estudio, un escandaloso catálogo de perversiones que, a ritmo de chirriante rock industrial, esboza historias de hombres atormentados por su adicción a las prostitutas (Bad Penny), amantes que se escupen en sus bocas (Kasmir L Pulaski) o putas de sexo masculino (He’s a whore). La guinda es la portada, con esa chica de manga que parece disfrutar de un coito doloroso. Probablemente, el mejor sonido para amenizar veladas sadomasoquistas.

5) “The teaches of Peaches” de Peaches: año 2000, Peaches (reina del electropunk burlesque conocida en su casa como Merrill Nisker) pone toda su carne en el asador, mezclando fragmentos de guitarra roquera con ritmos discotequeros como base para soltar todo tipo de barrabasadas sexuales sin límites ni autocensuras. Tan lejos del machismo como del feminismo, y sin ser ella especialmente atractiva, la andrógina Peaches derrama en sus letras una sexualidad abierta, desacomplejada e insaciable, tocando temas como la seducción de inocentes hombres-objeto (AA XXX), la succión de los pezones (Fuck the pain away) o la consumación de triángulos sexuales (Set it off, con ese guarrísimo videoclip rodado en unos urinarios públicos). En la portada, salía la parte del cuerpo por donde la autora había parido el disco: la entrepierna.


6) “Sugar” de Nancy Sinatra: sólo por la portada, en la que Nancy (hija de Frank Sinatra y su primera mujer Nancy Barbaato), en bikini y entre los juncos, luce en todo su esplendor camp, este disco ya merecería estar entre los más sexys de la historia, aunque sea en el apartado de vintage. Y luego está la voz de la chica, que sin ser tan perfecta como la de su señor padre, en 1966 correspondía a la de una american pop girl que se convertiría en sex symbol con botas. En el disco, Nancy acaricia con su voz estandars seleccionados por Irving Berlin; destacan, como siempe, composiciones de Lee Hazlewood, como Coastin’ o Sugar town, empapadas de una sensualidad algo inocentona, sí, pero sexualidad al fin y al cabo.


7) “Is this it” de The Strokes: a principios de siglo, los Strokes eran pijos, jóvenes y guapos, y se gastaban una pasta en ropa indie, pero todavía no habían catado las mieles del éxito. Así que este grupo de rock alternativo, garagero, sucio y neoyorquino (valga la redundancia) con letras sobre sexo y exceso, no inventaba la pólvora pero resultaba excitante y resultón, así que decidió poner en la portada de su primer disco una foto de un blanco culito femenino con un guante de cuero encima (no se sabe si acariciándolo, azotándolo o simplemente tocándolo). El éxito fue instantáneo, y ello provocó que la portada se censurara en Estados Unidos. Aún corren rumores de que el trasero de la foto pertenece a un señor delgadito y lampiño.

8) “Jealousy” de X Japan: este combo de rock nipón de sonido duro y pintas a lo Sigue Sigue Sputnik sacó en 1991 su disco más exitoso, que vendió más de millón y medio de copias gracias a canciones tan sexuales como Silent jealousy, Stab me in the back o Love replica, pero también a su atrevida portada, un tributo a las mazmorras BDSM en la que aparecía un joven (¿o es una joven?) en braguitas, encadenad@ y acariciad@ por cuatro manos femeninas. La advertencia de la portada no dejaba lugar a dudas sobre el contenido del disco: “Psychedelic crime of violence visual shock”.

9) “Sticky Fingers” de The Rolling Stones: no podía faltar en esta lista una de las portadas más escandalosas de la primera mitad de los 70. Se trata, por supuesto, de la cubierta del disco Sticky Fingers (1971) creada por Andy Warhol para los Rolling Stones. Una portada que muestra un abultado paquete embutido en unos jeans negros que, en su edición original, disponía de una cremallera de verdad que se podía subir y bajar (aunque, naturalmente, dentro sólo había cartón y vinilo). La portada fue prohibida en muchos países, entre ellos España: los censores franquistas sustituyeron el paquete por una lata de conserva con unos dedos pegajosos saliendo de ella. En el interior, letras sobre sexo, drogas y rock’n’roll como Bitch, Brown sugar o Wild horses escupidas por la deslenguada garganta de Jagger.


10) “Honey” de Ohio Players: en 1975, este exitoso combo de negrísimo funk mandó fotografiar para la portada de su nuevo disco a una mulata en cueros chorreándose miel en la boca bajo la divertida mirada del grupo; en el interior, la misma chica aparecía con todo el cuerpo pringado del pegajoso néctar y expresión multiorgásmica. Las feministas pusieron el grito en el cielo y muchas tiendas se negaron a venderlo. Hoy es un clásico, que incluye canciones tan eróticas como Love Rollercoaster (que, veinte años después, sería versioneada por los Red Hot Chili Peppers) o Sweet sticky thing, dedicada a la chica de la portada, claro, que aún está quitándose pegotes de miel de los rincones más oscuros de su cuerpo.



Fuente: ADN.es

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