La sonrisa vertical que nos hace cómplices de la vida

Con la misma verticalidad del amor, la literatura no podía ser menos y si el erotismo es el 90% de nosotros mismos(hay quien dice que ese 90% es de agua pero a mi me parece que exactamente agua no somos) esta colección explicita esos mundos que rondan nuestras cabezas. Porque es innegable, señor, todo en esta vida es hacer el amor.

Publicamos en esta colección novelas y relatos que se sitúen dentro de un género, el erótico, que no siempre goza de la atención y de la admiración que merece. Como bien dice Luis G. Berlanga: «Queremos dar aire que respirar, porque el deseo es salud, y sobre todo queremos recuperar el culto a la erección, al hedonismo, a las fértiles cosechas que una buena y gozosa literatura puede ofrecernos. Y, a través de nuestros libros, a través de nuestra y vuestra sonrisa vertical, constatar que el escribir sobre lo biológicamente apetecible es algo inmanente a todos los tiempos, a todas las geografías, a todos los hombres».Nº de títulos de esta colección 142.

Por razones que solo pueden tener que ver con la crisis mundial o con el aburguesamiento de nuestra sociedad el premio ya se ha dejado de convocar desde 2004 en el que se declaró desierto. La editorial sigue sin embargo publicando aquellos títulos que considera con la calidad literaria suficiente y que estan inscritos en el género que llamamos erótico.

Relación de novelas premiadas:

BREVE HISTORIA DEL PREMIO
En 1977 creamos el Premio La Sonrisa Vertical de narrativa erótica, cuyos sucesivos jurados son hoy ya legendarios. Los presidió desde su creación Luis G. Berlanga, en su calidad de director de la colección que lleva el mismo nombre. Fueron miembros del jurado desde su creación Juan Marsé, Ricardo Muñoz Suay, Jaime Gil de Biedma y Beatriz de Moura. Se incorporó muy pronto Juan García Hortelano. Intervinieron ocasionalmente Camilo José Cela, Fernando Fernán-Gómez y Jorge Edwards. Es jurado con participación intermitente Charo López. En 1991 se incorporó Almudena Grandes y, en 1993, lo hicieron Terenci Moix y Rafael Conte. El premio se declaró desierto en 1983 y 1994.
El premio en sí consistió primero en un objeto artístico diseñado por Francis Closas y, poco después, pasó a ser hasta hoy una escultura de Joaquim Camps. En concepto de anticipo sobre derechos de autor, se le adelanta al autor de la obra premiada un importe que, a la largo de los años, pasó de 500.000 a 1.000.000 de pesetas.
Gracias a este premio se han dado a conocer escritores como Almudena Grandes y Eduardo Mendicutti, hoy con brillantes trayectorias literarias ajenas al género en el que la iniciaron.
I. Títulos premiados:
1979 La educación sentimental de la Señorita Sonia, de Susana Constante (Argentina)
1980 Deu pometes té el pomer/Diez manzanitas tiene el manzano,
de Ofèlia Dracs (seudónimo) (Barcelona)
1981 Anacaona , de Vicente Muñoz Puelles (Valencia)
1982 Fritzcollage, de Pedro Sempere (Madrid)
1983 El premio fue declarado desierto
1984 Tres días/Tres noches, de Pablo Casado (Madrid)
1985 Las cartas de Saguia-el-Hanra. Tánger, de Vicente García Cervera (Valencia)
1986 Ligeros libertinajes sabáticos, de Mercedes Abad (Barcelona)
1987 El vaixell de les vagines voraginoses/El bajel de las vaginas voraginosas, de Josep Bras (Barcelona)
1988 La esposa del Dr. Thorne, de Denzil Romero (Venezuela)
1989 Las edades de Lulú, de Almudena Grandes (Madrid)
1990 Pubis del vello rojo, de José Luis Muñoz (Barcelona)
1991 Alevosías, de Ana Rossetti (Madrid)
1992 La esclava instruida, de José María Alvarez (Valencia)
1993 El hombre de sus sueños, de Dante Bertini (Barcelona)
1994 El premio fue declarado desierto
1995 Tu nombre escrito en el agua, de Irene González Frei (seudónimo)
1996 Silencio de Blanca, de José Carlos Somoza (Madrid)
1997 La cinta de Escher, de Abel Pohulanik
1998 Kurt, de Kurt K (Pedro de Silva)
1999 El mal mundo, de Luis Antonio de Villena (Madrid)
2000 Púrpura profundo, de Mayra Montero (Puerto Rico)
2001 Espera, ponte así, de Andreu Martín (Barcelona)
2002 El premio fue declarado desierto
2003 Llámalo deseo, José Luis Rodríguez del Corral (Sevilla)
2004 El premio fue decladado Desierto