En 1973 Marlon Brando ya en sus cuarentitantos se erigia con el Oscar al mejor actor y el célebre Bernardo Bertolucci se ganaba el Oscar al mejor director, ambos por el mismo filme “El Ultimo Tango en París”. La película resultaba diferente de la filmografía a que nos tenía acostumbrados el señor Brando, era sin ser enteramente una película porno, una cinta sí y mucho cargada de escenas sexuales y un paseo por la sumisión física y verbal de una veinteañera por un cuarentón, que a mi me da la sensación de ser un tremendo amargado.
María Schneider interpretaba a la chica que encontrándose con el Marlon Brando, un hombre ya demasiado mayor para ella, se lia en una relación sexual, donde la promesa es no establecer nexos, no tender puentes. Desde la primera sesión de sexo, sin cariños, ni arrumacos, ni nombres, ni promesas, la película va transcurriendo en una forma en que Brando sale airoso y se eleva como la estrella que ya era antes de llegar a este filme, aunque vale mencionar que para 1973 Brando ya hacía mucho había dejado de ser un actor cotizado.
El Ultimo Tango en París, resultó un suceso por su visión del sexo, porque era una película con algún grado de exploración de la psique de los protagonistas pero no dejaba de ser un montón de escenas, que eran para la época demasiado crudas, como la sodomización de la protagonista.
Luego de esta cinta Brando siguió su carrera que comprendió otras entregas del gran éxito de 1972, El Padrino. Y María Schneider no filmó en mucho tiempo, pronto se convirtió en una heroinómana y en una chica con problemas mentales. Declarada gay, con adicciones y estuvo por algun tiempo en un sanatorio siquiátrico.
Muchos rumores rodearon la película, como el escandaloso de que Brando sodomizó a María, y que el asunto éste no estaba en el argumento original. Cierto o no, la película resultó un éxito y este asunto la impulsó aún más.
El trailer de “El último tango en París”
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