Agustín Díaz Yanes debutó como director en la gran pantalla con la sobrecogedora ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’, un espectáculo sin concesiones al servicio del lucimiento de una estupenda Victoria Abril y el descubrimiento del inmenso Federico Luppi, cuya forma de ‘reparar’ rodillas con un destornillador queda para el recuerdo. Tras el fiasco de su segunda película, la incomprensible ‘Sin noticias de Dios’, y la discutible ‘Alatriste’ (que hizo dinero en taquilla pero artísticamente no convenció), el reputado guionista retoma el personaje principal de su aplaudida ópera prima para meterlo en otro berenjenal. ‘Sólo quiero caminar’ bascula entre el drama y el thriller, con un elenco protagónico femenino de primer orden.
Victoria Abril vuelve a la carga, y le acompañan Elena Anaya, Ariadna Gil y Pilar López de Ayala. Todas ellas, las chicas son guerreras, fracasan en un intento de robo. La historia transcurre entre España y México, con traficantes de por medio, prostitución y mala vida. Cada una deberá reemprender su vida tras el atraco frustrado, pero sus existencias vuelven a juntarse para elaborar un último gran plan, un trabajo sucio a gran escala gracias al cual pueden olvidarse de su pasado... arriesgando mucho el pellejo.
Quince años más tarde
Gloria Duque, el personaje encarnado por Victoria Abril en ‘Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto’, regresa a la gran pantalla quince años después, aunque Díaz Yanes no se ha tomado ‘Sólo quiero caminar’ como una segunda parte al uso. La idea del filme surgió mientras rodaba ‘Alatriste’. «Quería hacer una película de atracadoras con cuatro mujeres, así que nada más terminar Alatriste me puse a escribirlo», cuenta el cineasta.
«Las cuatro actrices han tenido que entrenarse, porque es una película que pretende ser verdad. No tengo nada en contra de las películas de acción americanas donde los coches vuelan, o pegan un puñetazo y la actriz da tres vueltas de campana hacia atrás, al contrario, me encantan y soy gran fan de ellas, pero ésta no es así. Aquí, cuando tenían que escalar una pared, pues tenía que ser de verdad; si debían disparar un arma, pues también, o conducir ellas mismas. Les llevó mucho trabajo, pero terminaron muy contentas con esta forma de trabajar porque les ayudó a preparar los personajes».
La violencia está muy presente en ‘Sólo quiero caminar’. Díaz Yanes cita ‘Grupo salvaje’, del maestro Peckinpah, a la hora de hablar de su última propuesta. Las protagonistas sólo pueden matar ante la muerte. Son cuatro mujeres que se unen para vengarse del maltrato que sufre una de ellas y de paso huir de las penurias en un acto de venganza y pasión.
«El thriller moderno, desde hace 40 años, una vez que se acabó el blanco y negro, tiene varias posibilidades. Puedes hacer, por un lado, un thriller de acción pura y dura, buenísimo. El último ejemplo, y que creo que ha cambiado todo el cine de acción, es ‘El caso Bourne’, serie maravillosa de la que soy fan total. O puedes hacer, siendo europeo, una mezcla entre lo que los americanos han desarrollado en el cine de acción y lo que los franceses hicieron en su época con el cine policiaco. Hoy por hoy no desmerece nada el clásico francés policiaco negro del clásico americano», concluye Díaz Yanes.
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