miércoles, 6 de mayo de 2009

Caras nuevas en Ajuria Enea

Caras nuevas y sonrientes y nuevos gestos y todo un nuevo lenguaje es lo que yo he visto en el nuevo parlamento vasco que acaban, acabamos, de estrenar. Más allá de los discursos definidos en los senos de cada uno de los partidos se respira ilusión. En esta ocasión las verdaderas palabras son los gestos: Llega Patxi, se confiesa trabajador, se va definitivamente Ibarretxe, no hay Nekanes por ningún resquicio, no veo madrazos, entra una ráfaga nueva de UPyD, la presidenta de la cámara tiene una sonrisa que inspira confianza, ... O eso es lo que a mí me parece. Me hace ilusión esta nueva Euskadi que mira al futuro sin ira. Y quienes estén dolidos contentos deberían estar que muchos de ellos han hecho méritos para estar entre rejas.

La Vanguardia

Tras la investidura, el nuevo lehendakari ha afirmado que "hoy es un día muy especial para mucha gente a la que yo represento, pero a partir de ahora quiero representar a todo el país".

López, en unas breves declaraciones a medios de comunicación tras su designación, ha reconocido que ha habido "mucha emoción para mucha gente que ha luchado por esto toda su vida". En los pasillos de la Cámara, a preguntas de los periodistas, ha explicado que en su conversación con su predecesor, Juan José Ibarretxe, nada más producirse la votación, ha habido "palabras afectuosas".

"Por mi parte ha habido un reconocimiento a alguien que, aunque hayamos discutido mucho y hayamos tenido pareceres y opiniones muy contrapuestas, ha estado diez años al servicio de Euskadi y eso hay que reconocerlo", ha dicho.

Además, ha explicado que "vamos a poner en valor todo lo que haya sido bueno en el mandato de Ibarretxe; no hemos venido a romper nada sino a construir".

A primera hora de la tarde, durante la presentación de su candidatura, López afirmaba que "esta es la mano tendida del nuevo gobierno, que ofrece y pide colaboración. Yo no la voy a retirar nunca". Con estas palabras cerraba la presentación de su previsible investidura.

López hizo de los llamamientos a la unidad y el diálogo el eje de su intervención ante el Parlamento vasco e hizo especial énfasis en su oferta de consenso a los nacionalistas en su nueva etapa en la oposición.

La respuesta de Ibarretxe fue contundente: el PNV se enfrentará a "quien pretenda anular nuestras señas de identidad como pueblo y quien intente subordinar los intereses de Euskadi a los intereses de España". Así, Ibarretxe dejó claro el papel de los nacionalistas en esta legislatura: "El PNV, partido ganardor en las elecciones del 1 de marzo, cauce central de la sociedad vasca y líder político de este país y de este Parlamento".

Previamente, sin mención alguna a los resultados de las elecciones del 1 de marzo, Patxi López subrayó su voluntad de gobernar "para el conjunto del país" y de hacerlo al frente de un gobierno "fuerte, sólido y estable". "Un gobierno de diálogo" que, dijo, "nunca será frentista" y que se basará en la total lealtad al estatuto de Gernika y la Constitución.

Señaló como su primera obligación trabajar "sin descanso" por el fin de ETA, para lo que reclamó la máxima colaboración del Estado y de todas las fuerzas democráticas. Su objetivo, en base al pacto de gobierno suscrito con el PP, es "utilizar sin prejuicios todos los medios que en derecho sean posibles" para combatir el terrorismo y que "desaparezca de los espacios públicos cualquier atisbo de comprensión y justificación de la violencia y los violentos.

En materia de autogobierno, López se comprometió a "revitalizar" el actual estatuto vasco, para su pleno desarrollo, comenzando por pactar el traspaso de las políticas activas de empleo –Euskadi es la única comunidad que no las tiene transferidas-, y abrir un proceso de reflexión sobre el futuro del Estatuto en el margen constitucional.

En esta línea, garantizó que discrepará del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero cuando sea necesario pero ya advirtió de antemano que "no convertiré cualquier desacuerdo en motivo de orgullo ideológico". Y es que Patxi López es de la tesis que "hay motivos prácticos" para cooperar con el Ejecutivo central en lugar de enfrentarse a éste.

Por el contrario, Juan José Ibarretxe dio por hecho que las decisiones del nuevo gobierno vasco se tomarán en las ejecutivas del PSOE y el PP en Madrid y reiteró una y otra vez que López será lehendakari en contra de la voluntad de la mayoría del pueblo vasco. "No es un acuerdo para construir, sino una cruzada para destruir", sentenció Ibarretxe, que situó el origen del pacto PSE-PP en 2001 con Mayor Oreja y Nicolás Redondo al frente de socialistas y populares en Euskadi.

Ibarretxe defendió su gestión al frente del gobierno vasco presentó un proyecto en el que la defensa del derecho a decidir ocupa un lugar privilegiado. El aún lehendakari defendió su proyecto de consulta y sostuvo que el camino está marcado y "tarde o temprano habremos de retomarlo".

Poseriormente, el presidente del vasco, Antonio Basagoiti, ha garantizado a López la "lealtad" del PP para conseguir "una Euskadi en paz y libertad, en la que se pueda convivir y en la que los ciudadanos tengan oportunidades de prosperar".

En cuanto a los tres partidos que sólo tienen un parlamentario cada uno en la Cámara vasca, EFE ha informado de que mantendrán una posición diferente en la votación para elegir lehendakari, ya que EA votará a Ibarretxe, UPyD a López y EB se abstendrá.

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